miércoles, 6 de noviembre de 2013

Mi amiga Mary

A mi amiga Mary la conocí en el bachillerato, estudiaba dos años menos, recuerdo que la veía seguido en los recesos, un niña linda de cabello castaño claro, un poco más baja que yo para ese entonces, de piel muy clara, linda sonrisa y ojos color miel, nunca le hable por esos momentos, yo era mucho más tímida que ahora, llegamos a conversar un día que por llegar tarde terminé castigada, casualmente ella llegó unos 5 minutos después, las dos a la biblioteca a esperar a la segunda hora de clases, se sentó junto a mí y enojadas como estábamos las dos (aun sin tener la razón) empezamos a hablar, discutiendo en un principio de si tal o cual profesor era un idiota, que deberíamos salir corriendo por la entrada y cualquier cantidad de estupideces, me encantaba mirarla, no podía parar de fijarme en sus labios mientras conversábamos pero al mismo tiempo quería mirar sus ojos y a la vez me distraía mirando las pequeñas pecas en su nariz, me encantaba y no entendía porque pero a partir de ese día empezamos a conversar prácticamente a diario y también a vernos fuera del colegio fue a la primera chica a la que bese, a mis 16 años, fue un día de lluvia después del colegio, esperábamos para ir a casa solo podíamos esperar, no había tema de conversación y yo en verdad quería saber que se sentía probar esos labios que tanto me gustaba mirar así que me acerque a ella despacio, bastante nerviosa pero cuando sentí su alentó en mis labios fue muy fácil acariciarlos, un escalofrió me recorrió el cuerpo, quería más y desde ese día fuimos amigas más cercanas pero nunca llegamos a mucho más,  no paso mucho tiempo para que termináramos el colegio, primero yo y luego ella, nos distanciamos, ella se fue a hacer un año de escuela en el extranjero, yo me quede acá básicamente sin hacer nada, aunque haciendo muchas cosas, no la vi si no hasta un año más tarde, sin haber sabido prácticamente nada de su vida en todo ese tiempo.
Al volver me llamó, me dijo que tenía muchas ganas de verme y me invitó a su casa, yo fui encantada de la vida y al volver a verla me quede en shock no sabía cómo alguien había poder cambiado tanto en un año, es decir aun tenía su cabello largo y castaño que por poco no le llegaba a la cintura, y también su hermosa piel pálida que tanto me gustaba, pero ahora era más alta y con una  figura mucho más estilizada, sus pechos habían crecido una barbaridad, había venido a recibirme a la puerta de su casa con una pequeña camiseta recortada que dejaba su ombligo al aire, tenía un abdomen perfecto, con una línea alba perfectamente marcada en su piel, unas piernas largas y muy suaves, llevando solo un pequeño short de jean, se abalanzo sobre mí al verme, me besó, fue un beso en un principio algo brusco, pero se fue volviendo más suave, sus labios separaron los míos muy despacio mientras mi lengua comenzó a darle pequeños toques a la suya, sus manos pasaron bajo el jean que cargaba aquel día y se aferraron a mis nalgas, sentí sus uñas clavarse en mi piel pero solo hizo que mi calentura comenzara a aumentar, era lo que había querido todo ese tiempo, desde que la había conocido, sentirla en verdad, mis manos paseaban por su espalda y lentamente fuimos caminando hasta caer en el sofá de la sala, le quité su camiseta, separando aquel beso ininterrumpido hasta entonces y ella hizo lo propio con la mía, descubrí como sospechaba que no llevaba sujetador, mientras veía aquellos pezones de un color a penas más oscuro que su piel descubrirse frente a mí, pero no logré tener esa visión por mucho tiempo, desabrocho mi brasier, metió su cabeza entre mis pechos, los beso por encima, alrededor y por debajo, la sentía recorrerlos con sus labios, su lengua, caliente y húmeda los acariciaba,   tomaba mis pezones, los chupaba y estiraba con delicadeza,  yo solo podía acariciar su cabeza mientras disfrutaba de su juego sintiendo como de a poco una mano suya soltaba el botón de mi pantalón deslizándose debajo, sus dedos llegaron explorando bajo mi ropa interior, la sentía presionar en mis labios, los separaba, los unía mas, me sujetaba con sus cuatro dedos y dejaba uno en medio jugando, moviéndolo de un lado a otro, luego comenzó a hacer lo mismo con dos, acariciaba mi clítoris y me tocaba como si siempre hubiese sabido donde hacerlo, entre eso y su boca en mis pechos me tenia controlada, la deje jugar, se le veía divertida con mis gemidos tocando en un lugar o en otro siempre lograba atinar a un punto suave <3 aun así yo quería probarla, quería ver y saborear mas,  así que termine por voltearme sobre ella, Mary me miraba sonriente tumbada en el sofá con una mano bajo el short y la otra frente a su cara, saboreaba sus dedos frente a mí, los mismos que hasta hace poco se paseaban en mi entrepierna,  desabroche y baje todo lo que cubría la parte inferior de su cuerpo viendo como unos pequeños hilos transparentes se aferraban a su ropa interior, para descubrir frente a mí una pequeña rajita rosa, de labios gruesos, perfectamente depilada que en conjunto con su abdomen, sus pechos, sus labios y su preciosos ojos color miel daban la mejor perspectiva hasta el momento. Me arrodille frente a ella, subiendo las manos por sus muslos los fui separando de a poco, bese la parte interior de estos acercándome cada vez más a su sexo, me detuve en ese punto en la base de la pierna más hacia el centro donde la piel de a poco va cambiando y con la punta de mi lengua la acaricie, me conduje despacio mirando desde ahí su rostro, no paraba de mirarme mientras mordía su labio inferior, me encantaba verla así, y me gusto aun mas cuando subiendo con mi lengua entre sus labios la vi hacer su cabeza hacia atrás soltando un fuerte gemido, intentaba acariciarla a los lados sin ser tan directa, quería que me necesitara cada vez más, tanto su olor como su sabor me derretían, por el movimiento de su cadera sabia que lo disfrutaba, y eso me encantaba, veía su perfecto abdomen moverse de arriba abajo frente a mí, y como ella misma jugaba con sus senos, apretándolos, tirando de sus pezones, apachurrándolos,  con la punta de mi lengua di vueltas alrededor de su pequeño botón, era tan lindo y rosadito que en verdad quería morderlo, pero no lo hice, solo lo levante de a poco lo moví de lado a lado, dándole una vuelta tras otra,  Mary  tomó mi cabello, ahora el movimiento de su cadera era aun más evidente, y también lo eran sus gemidos que ya resonaban en la habitación, yo solo continuaba quería ver cuánto placer podía hacerla sentir, quería escuchar mas de sus gemidos y lo logré, el más espectacular fue el de el momento en el que  presionando mi cara contra ella se sumió en su orgasmo, su cadera levantada y el sonido que se alargaba hasta terminar siendo un chillido ahogado, llenó mi cara entera de aquellos jugos que tanto disfruto saborear, sí, Mary es una chica muy especial.

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