A
mi amiga Mary la conocí en el bachillerato, estudiaba dos años menos, recuerdo
que la veía seguido en los recesos, un niña linda de cabello castaño claro, un
poco más baja que yo para ese entonces, de piel muy clara, linda sonrisa y ojos
color miel, nunca le hable por esos momentos, yo era mucho más tímida que
ahora, llegamos a conversar un día que por llegar tarde terminé castigada,
casualmente ella llegó unos 5 minutos después, las dos a la biblioteca a
esperar a la segunda hora de clases, se sentó junto a mí y enojadas como
estábamos las dos (aun sin tener la razón) empezamos a hablar, discutiendo en
un principio de si tal o cual profesor era un idiota, que deberíamos salir
corriendo por la entrada y cualquier cantidad de estupideces, me encantaba
mirarla, no podía parar de fijarme en sus labios mientras conversábamos pero al
mismo tiempo quería mirar sus ojos y a la vez me distraía mirando las pequeñas
pecas en su nariz, me encantaba y no entendía porque pero a partir de ese día
empezamos a conversar prácticamente a diario y también a vernos fuera del
colegio fue a la primera chica a la que bese, a mis 16 años, fue un día de lluvia
después del colegio, esperábamos para ir a casa solo podíamos esperar, no había
tema de conversación y yo en verdad quería saber que se sentía probar esos
labios que tanto me gustaba mirar así que me acerque a ella despacio, bastante
nerviosa pero cuando sentí su alentó en mis labios fue muy fácil acariciarlos,
un escalofrió me recorrió el cuerpo, quería más y desde ese día fuimos amigas más
cercanas pero nunca llegamos a mucho más, no paso mucho tiempo para que termináramos el
colegio, primero yo y luego ella, nos distanciamos, ella se fue a hacer un año
de escuela en el extranjero, yo me quede acá básicamente sin hacer nada, aunque
haciendo muchas cosas, no la vi si no hasta un año más tarde, sin haber sabido prácticamente
nada de su vida en todo ese tiempo.
Al
volver me llamó, me dijo que tenía muchas ganas de verme y me invitó a su casa,
yo fui encantada de la vida y al volver a verla me quede en shock no sabía cómo
alguien había poder cambiado tanto en un año, es decir aun tenía su cabello
largo y castaño que por poco no le llegaba a la cintura, y también su hermosa
piel pálida que tanto me gustaba, pero ahora era más alta y con una figura mucho más estilizada, sus pechos habían
crecido una barbaridad, había venido a recibirme a la puerta de su casa con una
pequeña camiseta recortada que dejaba su ombligo al aire, tenía un abdomen
perfecto, con una línea alba perfectamente marcada en su piel, unas piernas
largas y muy suaves, llevando solo un pequeño short de jean, se abalanzo sobre
mí al verme, me besó, fue un beso en un principio algo brusco, pero se fue
volviendo más suave, sus labios separaron los míos muy despacio mientras mi
lengua comenzó a darle pequeños toques a la suya, sus manos pasaron bajo el
jean que cargaba aquel día y se aferraron a mis nalgas, sentí sus uñas clavarse
en mi piel pero solo hizo que mi calentura comenzara a aumentar, era lo que había
querido todo ese tiempo, desde que la había conocido, sentirla en verdad, mis
manos paseaban por su espalda y lentamente fuimos caminando hasta caer en el sofá
de la sala, le quité su camiseta, separando aquel beso ininterrumpido hasta
entonces y ella hizo lo propio con la mía, descubrí como sospechaba que no
llevaba sujetador, mientras veía aquellos pezones de un color a penas más
oscuro que su piel descubrirse frente a mí, pero no logré tener esa visión por
mucho tiempo, desabrocho mi brasier, metió su cabeza entre mis pechos, los beso
por encima, alrededor y por debajo, la sentía recorrerlos con sus labios, su
lengua, caliente y húmeda los acariciaba, tomaba
mis pezones, los chupaba y estiraba con delicadeza, yo solo podía acariciar su cabeza mientras
disfrutaba de su juego sintiendo como de a poco una mano suya soltaba el botón de
mi pantalón deslizándose debajo, sus dedos llegaron explorando bajo mi ropa
interior, la sentía presionar en mis labios, los separaba, los unía mas, me
sujetaba con sus cuatro dedos y dejaba uno en medio jugando, moviéndolo de un
lado a otro, luego comenzó a hacer lo mismo con dos, acariciaba mi clítoris y
me tocaba como si siempre hubiese sabido donde hacerlo, entre eso y su boca en
mis pechos me tenia controlada, la deje jugar, se le veía divertida con mis
gemidos tocando en un lugar o en otro siempre lograba atinar a un punto suave
<3 aun así yo quería probarla, quería ver y saborear mas, así que termine por voltearme sobre ella, Mary
me miraba sonriente tumbada en el sofá con una mano bajo el short y la otra
frente a su cara, saboreaba sus dedos frente a mí, los mismos que hasta hace
poco se paseaban en mi entrepierna, desabroche
y baje todo lo que cubría la parte inferior de su cuerpo viendo como unos
pequeños hilos transparentes se aferraban a su ropa interior, para descubrir
frente a mí una pequeña rajita rosa, de labios gruesos, perfectamente depilada
que en conjunto con su abdomen, sus pechos, sus labios y su preciosos ojos
color miel daban la mejor perspectiva hasta el momento. Me arrodille frente a
ella, subiendo las manos por sus muslos los fui separando de a poco, bese la
parte interior de estos acercándome cada vez más a su sexo, me detuve en ese
punto en la base de la pierna más hacia el centro donde la piel de a poco va
cambiando y con la punta de mi lengua la acaricie, me conduje despacio mirando
desde ahí su rostro, no paraba de mirarme mientras mordía su labio inferior, me
encantaba verla así, y me gusto aun mas cuando subiendo con mi lengua entre sus
labios la vi hacer su cabeza hacia atrás soltando un fuerte gemido, intentaba
acariciarla a los lados sin ser tan directa, quería que me necesitara cada vez
más, tanto su olor como su sabor me derretían, por el movimiento de su cadera
sabia que lo disfrutaba, y eso me encantaba, veía su perfecto abdomen moverse de
arriba abajo frente a mí, y como ella misma jugaba con sus senos, apretándolos,
tirando de sus pezones, apachurrándolos, con la punta de mi lengua di vueltas alrededor
de su pequeño botón, era tan lindo y rosadito que en verdad quería morderlo,
pero no lo hice, solo lo levante de a poco lo moví de lado a lado, dándole una
vuelta tras otra, Mary tomó mi cabello, ahora el movimiento de su
cadera era aun más evidente, y también lo eran sus gemidos que ya resonaban en
la habitación, yo solo continuaba quería ver cuánto placer podía hacerla sentir,
quería escuchar mas de sus gemidos y lo logré, el más espectacular fue el de el
momento en el que presionando mi cara
contra ella se sumió en su orgasmo, su cadera levantada y el sonido que se
alargaba hasta terminar siendo un chillido ahogado, llenó mi cara entera de
aquellos jugos que tanto disfruto saborear, sí, Mary es una chica muy especial.
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